Abarca una superficie de 63.000 hectáreas. Es el único parque nacional que posee costa marina (sobre el Océano Atlántico), lo que permite avistar aves tales como albatros de cabeza negra, el petrel, y otros; como así también algunos mamíferos marinos. En cuanto a la vegetación arbórea está representada por seis especies: canelo, leñador, notro, lenga, ñire y guindo. Las flores, que podemos encontrar son: violetas amarillas; orquídeas blancas, verdes y amarillas; siemprevivas; margaritas blancas y amarillas, y otras. Este parque preserva las siguientes especies animales: zorros colorados, guanacos, conejos, castores, cóndores. La avifauna es abundante, y entre las numerosas especies encontramos al carpintero patagónico y el rayadito. Entre la fauna ictícola de agua dulce encontramos el puyén y la peladilla. Existen salmónidos exóticos, como las truchas arco iris y marrón aptas para la pesca deportiva. En el mar figuran el róbalo, el abadejo, la merluza de cola y las sardinas. El relieve es sumamente irregular, con una sucesión de montañas escarpadas, ríos y lagos dando lugar a paisajes muy variados y hermosos. Una serie de cordones montañosos orientados de norte a sur constituyen barreras que dividen al parque en valles de muy difícil acceso. Además de excursiones organizadas, se pueden llevar a cabo dentro de él actividades tales como caminatas, campamentismo, pesca deportiva, avistaje de aves y deportes náuticos en embarcaciones sin motor, mientras que durante el invierno la zona es ideal para la práctica del esquí de fondo
