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Estuvimos en La Rioja entre los días 11 y 15 de mayo de 2003.Nuestro guía fue Alejo Piehl (hace propaganda de sus excursiones aquí en Ruta0).¡UN VIAJE MARAVILLOSO!Los Parques Talampaya e Ischigualasto son de una belleza indescriptible, pero como ya hay mucho escrito sobre ellos; les voy a contar un poco sobre nuestra experiencia en la Reserva Natural de Vicuña y Flamenco Rosado “ Laguna Brava”.La Laguna Brava se encuentra a 4200 mts. de altura en plena cordillera riojana. Está rodeada por montañas y volcanes de nieves eternas, y se forma por el deshielo. Sus aguas son salobres, y viven allí flamencos rosados, a los cuales se los puede ver por miles en verano. También en la zona se encuentran vicuñas y guanacos en estado salvaje; zorros, cóndores ¡y les aseguro que se los ve a todos!El camino para llegar es increíble. Nosotros que parábamos en Chilecito, tuvimos que cruzar la Cuesta de Miranda y la quebrada de La Troya. Sus paredes parecen chocolate en rama apilado, y su tierra colorada poblada de cactus, todo enmarcado por un cielo azul profundo, hacen de estos paisajes uno de los más hermosos de la Argentina. Cerca de la Laguna Brava, el cerro Pilar parece pintado con acuarela. No son visiones reales, aunque como estamos ahí parados y despiertos, tenemos que creerlas.Se cruzan pueblos de cuento, como Alto Jagüé, cuya única calle es el lecho de un río que se forma cuando llueve. La erosión del agua ha sido tal, que las veredas están ¡¡¡a dos metros de altura!!!. Pero la tecnología también ha llegado creando los contrastes: casas de adobe construidas como lo hacen desde hace siglos, que no entendemos como la lluvia o el viento no deshacen; ¡con las típicas antenitas circulares de televisión satelital! ¡De no creer!¡Y todavía faltan 80 km. para llegar a las orillas de la laguna!Aquí registran la entrada del vehículo a la Reserva (nosotros íbamos con la Land Rover Defender de Alejo Piehl) y tanto en Alto Jagüé como en Vinchina, el personal de Gendarmería y los Guardafaunas son sumamente atentos.Se preocuparon por si teníamos abrigo, y suficiente agua y combustible; pero viajando con nuestro super guía, nosotros estábamos muy tranquilos.Al ir subiendo, con semejante altura nos apunamos un poquito, pero soportamos hasta los embates del viento y el frío como verdaderos habitantes de la zona.Muy cerca hay otra laguna más pequeña, la de Mulas Muertas; muy pintoresca también. Y a lo largo del camino hay refugios circulares de piedra construídos en la época de Sarmiento (año 1870 más o menos); para que los arrieros que cruzaban ganado en pie a Chile, tuvieran donde pasar las noches. Uno fue encontrado muerto hace décadas en plena montaña y está su esqueleto enterrado bajo unas piedras junto a uno de esos refugios; pero como permanentemente se destapa, quedando su cabeza al descubierto, hay toda una fantasía creada en torno a él, por lo que lo llaman “el destapadito”. ¡Muy impresionante!Si les gusta la aventura, solitarios caminos de cornisa con montañas que quitan el aliento, paisajes que ni en sueños uno imagina; experimentar la Puna con su altura, su clima y su colorido tan particular, transitar por kilómetros y kilómetros sin cruzar ni un sólo auto ni un sólo pueblo y sentirse parado en medio de la nada, si les apasiona pasar un rato codo a codo con la naturaleza y cruzarse con animales salvajes como quién cruza un perrito en la ciudad; si les gusta todo eso, éste es un paseo que no se deben perder. Se puede hacer ida y vuelta en el día. Lleven rollos de fotos, porque se sacan por decenas.Ah! y si se alojan en la Finca del Paimán en Chilecito, no dejen de probar las exquisiteces que prepara Alejo con membrillos.
