En el año 1990, una ciudadana salteña llamada María Livia manifiesta escuchar una voz interior extraordinariamente radiante y celestial, quien se identifica como la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús. Movida por un gran deseo de compartir esta dicha y felicidad, lo comenta con su pequeño entorno familiar, y deciden construir aquí este pequeño santuario, que se hace realidad en el año 2000. Consiste en una pequeña y hermosa Ermita con su imagen, y un enorme y austero escenario donde María Livia realiza las oraciones de intersección y ocurren maravillas en las vidas de los fieles, en medio del increíble paisaje de los cerros salteños a su alrededor.
Para llegar, tomar la calle Los Carolinos, donde se inicia un camino de tierra, a la izquierda el Santuario de la Comunidad de Schöenstatt. Hay una escalinata de acceso a la senda peatonal que conduce a la cima del cerro donde se encuentra la Virgen. Continuando por el camino de tierra, a través de la quebrada entre los dos cerros, luego de recorrer un kilómetro, se llega a un portón verde a la izquierda que marca el Acceso al camino interior al Santuario