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Cuesta del Lipán - Salinas Grandes - Abdón Castro Tolay - Barrancas
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Cuesta del Lipán - Salinas Grandes - Abdón Castro Tolay - BarrancasNos levantamos a las 7.30 horas, Roslie se fue a bañar mientras ultimaba unos detalles de nuestra salida de San Salvador de Jujuy.A las 9 horas partimos con rumbo a Purmamarca, desde allí recogimos al resto de los chicos que nos esperaban en la entrada del pueblo en las intersecciones de las rutas 52 y 9. En el pueblo pasamos por la panadería para que nos prepararan unos buenos sandwiches y desde allí iniciamos viaje hacia Salinas Grandes. Nos adentramos en la Ruta Nacional 52 que es la ruta que conduce al Paso Internacional de Jama y que es parte del corredor Bioceánico. Se trata de una ruta muy bella en donde la sucesión de paisajes y de colores, verdes, rojizos, grises, marrones y amarillos no dejan de sucederse y recrean la visión de quienes la contemplan. Combinado este paisaje con la infinidad de curvas y contracurvas que tiene la Cuesta del Lipán podemos decir que es uno de los escenarios naturales más bellos que tiene el Noroeste Argentino. A lo largo del camino nos acompaña la inmensa geografía de las montañas y del Río Purmamarca que deja como testigo al desnudo su lecho. La Cuesta del Lipán es realmente una belleza encarada por el hombre realmente increíble y su vista incomparable. Antes de llegar al punto máximo nos detuvimos en un mirador del cual se puede apreciar la sucesión de curvas a lo largo de la montaña. Luego de unos quinientos metros más cuando ya no se puede divisar la inmensidad del camino llegamos al hito de mayor altura (4170 metros). Desde allí se divisan un sinfín de montañas que se suceden una tras otras. Unos metros más, ya bajando la cuesta, nos encontramos con formaciones rocosas que el viento caprichoso va modelando con el pasar del tiempo: allí divisamos una piedra con forma de tortuga. Siguiendo camino por la Ruta Nacional 52 se avistan algunos pueblitos como ser Saladillo en donde viven 6 familias solamente. Allí Roslie tuvo en otra oportunidad en que tomamos la ruta 52 para dirigirnos a Susques de conocer una integrante de este pequeño caserío llamada Florinda, quien le había manifestado que allí ningún turista visita ese pueblo porque es triste. También le contaba que el médico va una vez al mes y que el párroco de la capilla va tres veces al año para efectuar casamientos, bautismos y todo tipo de sacramentos religiosos. Está demás decir las condiciones de dureza de la vida de ese solar a tan solo unos pocos metros de las Salinas Grandes. Poco antes de adentrarnos a las Salinas Grandes nos cruzamos con la Ruta Nacional 40, allí el paisaje es de una desolación atrayente, en donde la tola es lo único que crece y que cada tanto se divisan conjuntos de llamas y vicuñas, estas últimas tienen la particularidad que siempre se las divisa en manadas impares, es decir de a 3, 5, 7. De pronto abruptamente el paisaje cambia y nos encontramos con el inmenso paisaje blanco de las salinas. Mirar las salinas sin anteojos es una tarea imposible de sostener más de 10 segundos, más con el sol brillante que teníamos pendiendo sobre nuestras cabezas. Por suerte, a pesar del sol, la temperatura es agradable dada la altura en que se encuentran. Allí en ese paisaje comimos los sandwiches en el restaurant que están construyendo integramente en sal. Junto a él todavía estaban tapadas con plásticos para proteger de las lluvias recientes unas esculturas realizadas en sal. Este mar blanco estaba más blanco que nunca, en efecto, había llovido los días anteriores y eso sirve de efecto limpiador. Al cruzar la ruta nos adentramos al corazón de las salinas, a eso de caminar unos metros nos sorprende en la inmensa soledad un chico que viene en bicicleta cruzando el salar. Seguimos nuestra marcha unos trescientos metros más y nos encontramos con los artesanos que tallaban figuras en sal. Todos sus atuendos no les permitía que le viéramos la cara: anteojos de sol más que gruesos, arropados con gorros, emponchados apenas se les podía ver los labios. Frente a ellos se encontraban las piletas de sal. Allí experimente el efecto de la sal al meter la mano en la pileta inundada de agua y me lleve un cristal de sal que ha vuelto conmigo del viaje. De pronto diviso a lo lejos como si hubiera una laguna a lo lejos a lo que me dicen los chicos que eso es un espejismo, afirmación que es refutada por los artesanos que recomiendan que lleguemos allí por que con el agua caída se inundó la salina. Luego del paseo por la salina, volvimos nuevamente a la ruta en dirección oeste hacía el poblado de Abdón Castro Tolay. Para ello tuvimos que desviarnos de la ruta 52 y tomar la Ruta Provincial 74, la cual es de ripio, 14 kilómetros camino adentro. Cabe señalar que dicha ruta es la que conduce a Casabindo, lugar en el que todos los 15 de Agosto se conmemora el Toreo de la Vincha, única toreada del país y cuyas características son de no violencia contra el animal. El pueblito de Abdón Castro Tolay, cuya fundación data de 1910, se trata de un poblado de unas pocas cuadras, en donde su calle principal, 23 de Agosto, se encuentra la Iglesia y la plaza principal. Dicha capilla es una de la más humildes junto a la de Susques. Unos metros a la salida del poblado se encuentra el cementerio y siguiendo el camino unas murallas inmensas tipo acantilados pero sin mar nos muestran cuan pequeños somos frente a tanta majestuosidad. En el corazón de dichas montañas se encuentran una serie de petroglifos y de pinturas rupestres que son de las más grandes conocidas en América del Sur y son hermosos testimonios de las civilizaciones que habitaban el lugar hace 10000 años. La paz del lugar, el silencio, sus paisajes, son indescriptibles. Pese a ello hay gente que desgraciadamente al haber conocido el lugar, por su codicia, quiso llevarse algunos souvenires de allí. Por suerte los pobladores de Abdón Castro Tolay son los centinelas de que esas joyas de la arqueología permanezcan en el lugar que muchos años atrás ancestros de esta tierra dejaran marcadas en sus montañas. Después de ese hermoso viaje nos dirigimos al pueblito, allí tomamos algo caliente en la casa de la señora Teresa quien con mucha amabilidad nos preparo para tomar y continuar nuestra vuelta para esta vez ya quedarnos en Purmamarca.Si les interesa recibir información escríbannos. Axel y Roslie. axelkiberl@yahoo.com.ar