Su particular paisaje se encuentra formado por rocas negras, procedentes de procesos volcánicos, y aguas cristalinas provenientes de ríos subterráneos. Este choque de paisajes dio origen a varias leyendas, siendo la más famosa la que dio origen al nombre. Cuenta la leyenda que Elcha, la hija de un cacique pacífico del lugar, por consejo de la bruja de su tribu, iba a ser obligada a casarse con el hijo de un cacique pehuenche, enemigo de su tribu, para firmar la paz. Elcha, quien estaba enamorada de un joven de su tribu, huyó con él en medio de una tormenta siendo perseguidos por ambas tribus y la bruja. Al verse rodeados, decidieron arrojarse abrazados a las frías aguas de la laguna al momento en que un fuerte rayo caía, dejando petrificada a la bruja que los miraba desde arriba. Desde entonces, en las noches de luna se ve el reflejo de Elcha desde el fondo del agua, siendo vigilada por la bruja petrificada