2 conversaciones. Viendo del 1 al 2 1
Es un paraje que visité en verano y al que llegué en bicicleta desde el oeste y por la ruta 10. Tiene unas pocas casas, hay un silencio total, y el paisaje es maravilloso. Reina la calma, la quietud... De vez en cuando es posible cruzar algún paisano quien muy amistosamente saluda, te responde alguna pregunta y sigue caminando. Sus perros duermen, aunque a veces deciden acompañarte mientras recorres La Esquina a pie por sus callecitas de tierra... Hay una escuela, pero solo para nivel primario. Los chicos más grandes deben viajar 30 km para ir al colegio en La Toma. Por lo que me contaron en el lugar, una traffic los pasa a buscar, a ellos y a los adolescentes de San José del Morro. También tienen una iglesia, entre cuyas paredes me cobijé para pasar la noche ya que no hay ningún tipo de alojamiento. Si bien en algún lado leí sobre un camping que se encontraba caminando un poco hacia arriba por ruta 17, luego me explicaron que no estaba funcionando, que estaba descuidado, etc. En La Esquina no hay quioscos, no hay negocio alguno. Según me comentaron sus habitantes (tres chicas que se acercaron a la Iglesia para ver por qué había toreado los perros por la noche), ningún comercio funcionaría porque no hay clientes suficientes: en el pueblo hay apenas unas 20 casas y como el camino más corto (20km) que une San José del Morro con La Esquina (ruta 17) es muy difícil de transitar (mucho guadal), entonces tampoco podrían recibir clientes de allí. Tanto ellos como la gente del Morro (que ya no es un paraje sino un pueblo, es decir, con muchos más habitantes e incluso turistas) viaja a la Toma de vez en cuando y hace compras grandes (allí compran incluso el pan), y congelan para tener durante el mes. Mientras estas chicas me hablaban se les llenaban los ojos de lágrimas, se entristecían, porque me explicaban que allí no tienen trabajo y que la clave sería que asfaltaran la ruta 17. De no ser así, entre ambas poblaciones hay más de 40km! La Esquina... un lugar encantado que ojalá no pierda sus habitantes, quienes se están llendo de a poco en busca de trabajo. Tiene la belleza natural... incluso tienen un "diquesito" para bañarse, que aunque lo llaman así es solo un poco de agua acumulada de un arroyo que sirve para refrescarse y q me he propuesto conocer en mi próximo viaje. Vayan, pero estén atentos para no pasarse de largo, ya que no hay cartel de bienvenida... Al parecer antes lo había... Pero sí hay una guarida de cemento para esperar el colectivo. Cuando la vean, paren: habrán llegado.
Un hermoso lugar que conserva su paisaje natural y su tranquilidad de paraje , pocas casas mucha paz