El Coricancha es el templo inca sobre el cual fue construido el Convento de Santo Domingo, el cual fue parcialmente derrumbado luego del terremoto de 1950. En su interior se encontraba el recinto de oro, el lugar sagrado donde se rendía culto a Inti (Sol), por lo que sólo podían entrar en ayunas, descalzos y con una carga en la espalda en señal de humildad, según lo indicaba el sacerdote mayor Willaq Umu. Sobre el frente se apreciaba un hermoso muro de finas piedras recortadas decorado únicamente por una banda de oro puro. En uno de los bloques de la segunda hilada se observan tres agujeros que pudieron ser utilizados para evacuar las aguas de las lluvias del patio interior, o como salida de la chicha que se ofrecía como ofrenda. Según los experimentos de Augusto León Barandiarán, si se golpea dentro de los agujeros se pueden escuchar las notas musicales "re", "la" y "mi"