Yuco, un secreto encantador
A solo 30 km de San Martín de los Andes, esta playa es la más recomendada de boca en boca entre los turistas que buscan un lugar tranquilo y hermoso
Yuco, la playa de agua color esmeralda en San Martín de los Andes, nada le envidia al Caribe. Rocas imponentes en medio de un manto esmeralda frío y virgen. Descansa sobre la orilla del lago Lácar y no cuenta con infraestructura o servicios, pero su riqueza natural es tan grande que la consideran una verdadera joya oculta.
Desde San Martín de los Andes, hay que tomar la RN 234 hacia el norte. Luego doblar a la izquierda en la Ruta Provincial 48. Se atraviesa la denominada Pampa de Trompul, donde se observa la piedra del mismo nombre (800 m.s.n.m.) que, según la tradición, truena fuerte cuando anuncia tormenta en la zona repercutiendo este sonido en los valles que la rodean.
Para llegar al agua, tendrás que recorrer unos 30 km, de los que 28 son de ripio y 20 tienen mucho serrucho y el ripio muy suelto. Por eso te recomendamos, y sobre todo a los que no son de montaña, no ir a más de 40 km por hora, por más que tengas una 4x4.
Muchos conductores no respetan los 40 de máxima y levantan polvo. En tramos de curva y contra curvas, bajadas o subidas, hay que ir muy despacio con luces encendidas.Los accesos son fáciles, todo está demarcado, los senderos están limpios de ramas, el gualda parques te recibe y te marca el camino.
Antes de llegar al lago, después de estacionar el auto, uno debe atravesar un verdadero túnel de colihues y raulíes. Es una península repleta de pequeñas playas enmarcadas por arrayanes.
Al ingresar a la playa se accede a un área recreativa diurna que posee mesas, bancos, baños, fogones y playas, donde está permitida la pesca. No así la práctica de deportes motonáuticos.
Un dato de importancia es acatar los carteles. Son aguas profundas y por lo tanto frías. La playa Turquesa, es donde más gente hay y tiene más espacio para recreación. Tiene unos 100 metros para nadar tranquilo con el agua a la cintura y después empieza la profundidad. En las otras, más pequeñas, de piedra, las rocas están encima de la playa y la profundidad cambia, te das cuenta por el color del agua que se pone azul profundo.
Hay un parador llamado Estación Yuco. Ahí podrás comprar un sándwich caliente, frío, tiene bebidas de todo tipo para poder disfrutar de las 5 playas que ofrece Yuco donde ya están abiertos los sanitarios.
No hay servicio de guardavidas. El agua es fría y el lago muy profundo.
No se puede acampar y fue suspendido el uso de fogones. Las mesas de picnic son por orden de llegada y, al retirarte, tenés que llevarte la basura que generes.
Veinte kilómetros más adelante, el paraje Nonthué es el lugar apropiado si querés hacer noche en carpa. A 12 km de Yuco se llega a la zona denominada la Angostura donde el lago Lácar vuelca sus aguas al lago Nonthue, y tras otros 4 km más se arriba a Hua Hum cuyo nombre significa “lugar húmedo y lluvioso” y/o “agujero en el techo” en mapuche.
Y si te quedás con ganas de más, podés seguir camino hasta Hua Hum. Muchos aman sacarse fotos en un extenso muelle que parece continuar el jardín de la hostería del mismo nombre. Después de varias tomas, seguí que hay más. A unos 800 metros más adelante, vas a cruzar el río Hua Hum, cuyas aguas verde-azuladas y muy frías muestran en su fondo piedras volcánicas de infinitos colores. Te contamos una curiosidad: el río Hua Hum desagua hacia el océano Pacífico, algo atípico en la zona.
Después el camino se hace angosto y hay más secretos para develar. En una bifurcación se debe optar por llegar a la cascada Chachín o seguir unos kilómetros más hacia el lago Queñi.
A esa altura la vegetación es exuberante, ya que estarás en plena selva valdiviana. Tenés que caminar un sendero algo inclinado para llegar hasta el mirador desde donde la cascada puede verse en su plenitud.