Es un recinto construido en el interior de las minas de sal de Zipaquirá. En su interior se encuentra una rica colección artística, especialmente de esculturas de sal y mármol. Es considerada como uno de los logros arquitectónicos y artísticos más notables de la arquitectura colombiana, otorgándosele incluso el título de joya arquitectónica de la modernidad. En 2007 mediante un concurso, obtuvo la mayor votación, convirtiéndose en la Maravilla No.1 de Colombia.